El responsable de su venta ha sido denunciado por varias infracciones a la normativa de pesca
El SEPRONA de la Guardia Civil ha contado con la colaboración del Servicio de Pesca y Acuicultura de la CARM
El pescado ha quedado inmovilizado para su verificación por los Servicios Veterinarios de la CARM, para que en caso de que sean aptos para su consumo, puedan ser entregados a un centro benéfico.
La Guardia Civil de la Región de Murcia, en colaboración con inspectores del Servicio de Pesca y Acuicultura de la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia (CARM), ha desarrollado una actuación en la lonja de Alcantarilla, que ha permitido detectar la presunta comercialización de pescado capturado de forma ilícita.
La actuación se ha realizado en el marco de los controles que desarrolla en carreteras y lonjas el Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Benemérita, en colaboración con el Servicio de Pesca y Acuicultura de la CARM, con la finalidad de perseguir tanto la captura como la comercialización de pescado de forma ilícita, en este caso dentro del 'Plan Anual de Control Integral de Actividades Pesqueras' (PACIAP).
En uno de estos controles efectuados en la Lonja de Alcantarilla, agentes del SEPRONA, en colaboración con Inspectores del Servicio de Pesca y Acuicultura de la CARM, han procedido a la intervención y decomiso de 9 cajas de 9 kilos cada una de la especie Boga (Boops boops) y 2 cajas de 30 kilos de Merluza (Meluccius merluccius), careciendo todos los productos de pesca del correspondiente etiquetado, nota de venta, documento de trazabilidad y albaranes de entrega.
Por estos hechos, el responsable que realizaba su venta, ha sido denunciado a la Ley 2/2007, de 12 de marzo, de Pesca Marítima y Acuicultura de la Región de Murcia, así como a la Ley 3/2001, de 26 de marzo, de Pesca Marítima del Estado y al Real Decreto 418/2015, de 29 de mayo, por el que se regula la primera venta de los productos pesqueros.
Los guardias civiles y los inspectores de la CARM inmovilizaron los ejemplares incautados en una cámara frigorífica, para que por parte de los servicios Veterinarios de la Comunidad Autónoma se certifique su aptitud para el consumo humano, y en su caso, el pescado incautado sea entregado a un centro benéfico de la Región.
Este tipo de actuaciones ilícitas causan un grave riesgo sanitario para el consumidor final puesto que, al hacerse de forma clandestina tanto la captura como el transporte, en la mayoría de ocasiones no se respeta la cadena de frío, por lo que no se puede concretar si los ejemplares son aptos para su consumo humano.